miércoles, 17 de marzo de 2010

Azúcar sí, libros...

Llego a la escuela, primer semana de clase, una "Secundaria" ¿Básica? de la Provincia de Buenos Aires.  La directora me dice que debido a la reducción de cupos de comedor decidió canjear los desayunos y las meriendas por algunos almuerzos más; que ella comprará yerba y que nos pide a cada profesor que llevemos un paquete de azúcar, no entendí si por mes o por semana, para prepararles el mate cocido a los alumnos.  Bueno, le digo, está bien.  Es mi primer impulso.  Mi momento "ma sí, total, quelehaceunamanchamás..."  Pero la verdad es que no, no voy a llevar ni un terrón de azúcar, mirá.
Se preguntarán por qué una escuela "secundaria" tiene comedor, desayuno y merienda.  La razón por la cual los pibes aquí no se alimentan de súper panchos comprados en los últimos minutos del recreo en el buffet del colegio, como en cualquier secundaria que se precie, es que en su origen, allá por 1997, esta escuela era el tercer ciclo de una escuela primaria con servicio de comedor y copa de leche.  Cuando en 2005 se separó de la primaria y se transformó en "Secundaria básica" siguió teniendo el comedor que mantiene hasta ahora, si bien reducido en cupos, gracias al Gobierno de la Provincia.
Me pregunto por qué yo, y todos los profes tenemos que llevar azúcar, comprada de nuestro bolsillo, más precisamente de nuestro sueldo.  Aún más, me pregunto por qué tengo que plantearme esta cuestión en lugar de estar pensando en cómo enseñarles fisico-quimica a los chicos.
¿Acaso saben los alumnos cual es la situación?¿Acaso la Directora los tuvo en cuenta para explicarles el problema?  ¿Acaso creerá alguien que es nuestra obligación prepararles el desayuno?  ¿Acaso alguien cree que así funciona una escuela?
Bienvenidos a la Nueva Secundaria.

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