Ahora que terminó la tercera temporada de Fringe, madrugamos para seguir a Dr Who, serie de la BBC ignorada por los programadores de cable que no ven más allá del cada vez más pobre y reiterativo mundillo yanki. En el primer capítulo de esta última temporada, el Doctor convoca a sus amigos a ser testigos de un evento único y trágico: su propia muerte a manos de un misteriosísimo astronauta. Ocurre que también ha convocado a ese escenario a una versión de sí mismo proveniente del pasado con el adicional de un ligero desfasaje temporal que hace que sus amigos, el matrimonio Amy y Rory Pond y la Doctora, sepan lo que su copia no sabe sobre su futuro fatal. ¿Se entendió, no? EL Doctor se enfrenta a un terrible enemigo: El Silencio. Así se inicia la nueva serie de viajes en la caseta azul, un objeto cuyo interior es más grande que su exterior; linda definición para el mismísimo Universo.
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