viernes, 31 de agosto de 2012

Me suele pasar que quiero hacer un discurso de cada acontecimiento.  Es imposible.  No se puede argumentar sobre todo.  Hay que usar filtros. Pócimas para olvidar las palabras.  Por un rato.
Escribir es ignorar qué se va a decir.  Como la vida, uno nunca sabe qué puede pasar. ¿ Escribir es como vida?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Hoy estudiaremos los número racionales. Creo.

El alumno Lambertini es el típico adolescente de 15 años que se esfuerza por ser lo más desagradable posible.  Ni siquiera saber que es huérfano y vive bajo la tutoría de un hermano de 22 años mueve mi simpatía hacia él, tan insoportables son sus permentes provocaciones, que consisten en quejarse de todo y de todos, hacer los chistes más estúpidos y groseros que su escasa inteligencia le permite idear y acosar a las dos únicas chicas del aula. No espera a que empiece la clase, ni bien entro al aula desastrada de 2°6° empieza su actuación:  "Sabe profesora, mi novia me dejó."  se cubre las manos y pretende que llora mientras yo, que ni lo miro,  me dedico al  ritual de completar prolijamente el libro de temas.  Entonces escucho al alumno Ribera decirle con una convicción que hace que el abandonado deje su pose de llanto al instante, "Lambertini, sos un idiota". 

martes, 14 de agosto de 2012

Contra la Curiosidad

No me opongo al "progreso", solo le tengo un enorme desconfianza.  Simplemente, me gustaría construir el Partido Rojo en todo el Sistema Solar.
http://www.linkillo.blogspot.com.ar/2012/08/la-curiosidad-del-gato.html

Escribir y borrar, escribir y borrar, escribir y borrar, escribir y borrar.  Todo desaparece con un click.



viernes, 3 de agosto de 2012

La tenacidad irreverente

"Me permito contarles un miedo mío, un miedo que sentí (y lo comuniqué torpemente por Facebook, lo que mereció la inmediata respuesta indignada de los que se llaman 'amigos', 'friends', esas amables siluetas que nunca tendrán cuerpo). Había muerto Kirchner, una semana después de la muerte de Mariano Ferreyra, y mi miedo se refería a la aureola religiosa con la que el poder sabe coronar las sienes de sus jefes desaparecidos. Escribí entonces: 'yo no me olvido de Mariano'. No lo conocí, pero lo imaginé como un posible alumno mío, entrañable en la tenacidad irreverente que habría de costarle la vida. Tenía miedo de que otra muerte nos hiciera olvidar la suya en el entrevero arremolinado de la conveniencia política."

Jorge Panesi en 'Sobre ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? de Diego Rojas' * Papeles sueltos: http://cor.to/5F7