viernes, 30 de noviembre de 2012

Pura suerte.

Finalmente.  Toda la pesadilla del ciclo lectivo se desvanece en el aire entre promedios, planillas y exámenes.  Lambertini fingió llorar un poco pero aprobó y se sacó una foto conmigo.  Para Facebook, dijo.  A veces cometo esos errores.  Durand me repitió una vez más que me quiere y yo supongo que también lo quiero, aunque una vez le quité el alfajor que estaba comiendo y lo tiré al tacho.  Pero eso ya no importa; él también aprobó.  El chico que dibujaba svásticas, cuyo nombre no pude memorizar en todo el año y que arrojaba Pitusas a mis espaldas, también se puso las pilas y aprobó la prueba de funciones lineales.  La tarea docente suele ser  una loca aventura.  Tener un buen curso es un fenómeno que ocurre una vez cada diez años, como un eclipse de Júpiter.
Quiero decir que la gente que está aquí, entre los muros, es plenamente capaz de hacerse oír a condición de que haya orejas apropiadas.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sabiduría auricular.

Escucho a mis hijos hablar inventando la lengua.  Escucho a mis padres contar historias sin fin de cuando eran chicos. Escucho a mis hermanos decir cosas sin sentido común.  Escucho a mis alumnos en su idioma que me es extraño.  Escucho a mis jefes decir estupideces.  Escucho a mi amor y me enamoro o me enfurezco.  Afino mi oído para escuchar mejor mi deseo.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Angelología.

Tengo una amiga que estudia Ciencias de la Comuniación, hace quince años, en la UBA. Su demora en recibirse no se debe a que tiene dos hijos pequeños, tampoco porque trabaja o porque debe viajar horas para llegar a la facultad. No termina de estudiar la carrera no por incapacidad intelectual ni siquiera por las malas condiciones edilicias de la Facultad de Ciencias Sociales. Hace quince años que estudia y no llega a recibir el título porque su objeto, la comunicación, es inexistente. Mi amiga no tiene TV por cable, ni celular, ni Internet, ni mucho menos Feisbuk y es por eso que continúa creyendo, equivocadamente, que la comunicación es algo real. Al menos si tuviera Feisbuk se daría cuenta que, como los ángeles, la comunicación es un cuento para hacer dormir a los niños.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Conversación

Mi  hijo me pregunta cosas todo el tiempo.  Cuáles son las flores que más les gustan a las abejas, por qué el cerebro está adentro de la cabeza y por qué nuestra cabeza es dura como el piso o como el tronco de un gran árbol.  Por qué tenemos que comer y qué pasa si no lo hacemos, por qué hay semillas mágicas que crecen con un poco de agua y después le cuelgan verduras de las ramas y si el tomate es una verdura.  No me canso de escuchar sus preguntas y de imaginar respuestas.  Las conversaciones con mi hijo son de lo más interesantes.