Tengo que ir a buscar a mis hijos a la escuela. Hace calor y sé que van a salir malhumorados y quejosos. La maestra no les respondió una pregunta, los otros chicos gritaron muy fuerte, al más pequeño un compañero lo empujó en el rincón de los bloques y se hizo una corte en la ceja. Cosas así. Cosas pequeñas y duras. Yo les voy a sonreir y voy a tratar de consolarlos caminando más despacito por las calles sombreadas de tipas. Escuchando todos sus dramas en silencio. De repente descubriremos un bichito muerto, brillando en la vereda. Y luego en la esquina veremos la blancura de los jazmines en el jardín de un vecino. Y de a poco el regreso a casa nos da algo de reposo. En la merienda les diré algo bueno, les diré ahora sí, cuéntenme algo divertido. Y sé que algo va a haber que les hará reir. Una canción nueva o un juego en el que ganaron. Cosas pequeñas y sonrientes. cosas dela infancia.
miércoles, 22 de octubre de 2014
sábado, 18 de octubre de 2014
jueves, 16 de octubre de 2014
Madurez.
La muerte es un tema que interesa a mi hijo menor. Después de muchas preguntas a lo largo de los meses, él parece haber llegado a una conclusión.
_Ma, cuando te morís ¿vas al cielo y ahí seguís viviendo?
_Algunas personas creen eso, pero papá y yo pensamos que no, no es así.
_Pero yo sí, yo sí lo creo.
A los cinco años algunos niños deciden que sus padres no lo saben todo.
_Ma, cuando te morís ¿vas al cielo y ahí seguís viviendo?
_Algunas personas creen eso, pero papá y yo pensamos que no, no es así.
_Pero yo sí, yo sí lo creo.
A los cinco años algunos niños deciden que sus padres no lo saben todo.
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