lunes, 31 de mayo de 2010

Ahora, bizcochuelo

El viernes, al llegar a la escuela de Villa Concepción  a las 7:30 h me encuentro con una prolija notita junto al libro de firmas.  "En vista de que la escuela no cuenta con ningún tipo de recursos para material didáctico...surgió la propuesta...que cada profesor traiga un bizcochuelo para ser vendido en el recreo a los alumnos... a fin de recaudar fondos..."  Lo firma una profe de sociales.  ¡Ay!  mi desazón es enorme.  Hasta hace un par de meses, teníamos que traer azúcar para que los pobre alumnos  pudieran desayunar un mate cocido.  Hoy resulta que esos alumnos cuentan con recursos para aportar a la inexistente caja chica de la escuela con la compra de una porción de bizcochuelo.  Pero la constante es que son los profesores los que vuelven a aportar de su bolsillo:  sea azúcar, sea torta.  ¿En qué momento la escuela se transformó en un gran buffet atendido por sus docentes?
Solo suspiré y no me anoté en la lista de aportantes a la repostería escolar.

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