miércoles, 22 de octubre de 2014

Tengo que ir a buscar a mis hijos a la escuela.  Hace calor y sé que van a salir malhumorados y quejosos.  La maestra no les respondió una pregunta, los otros chicos gritaron muy fuerte, al más pequeño un compañero lo empujó en el rincón de los bloques y se hizo una corte en la ceja.  Cosas así. Cosas pequeñas y duras.  Yo les voy a sonreir y voy a  tratar de consolarlos caminando más despacito por las calles sombreadas de tipas.  Escuchando todos sus dramas en silencio.  De repente descubriremos un bichito muerto, brillando en la vereda.  Y luego en la esquina veremos la blancura de los jazmines en el jardín de un vecino.  Y de a poco el regreso a casa nos da algo de reposo.  En la merienda les diré algo bueno, les diré ahora sí, cuéntenme algo divertido.  Y sé que algo va a haber que les hará reir.  Una canción nueva o un juego en el que ganaron.  Cosas pequeñas y sonrientes.  cosas dela infancia.

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