Odio los exámenes. Detesto las "comisiones evaluadoras" llenas de hipocresía, falsas exigencias y consignas ridículas (¡no usen la calculadora!) Me siento como un gusano cuando un alumno, de primer año, se pone a llorar porque no lo apruebo. ¡Por favor, no llores! ¡Ay! ¿Cuándo acabará todo esto?
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