domingo, 20 de noviembre de 2011

Chicharras, benteveos y araña.

Toda esta semana las tipas gigantes del barrio dejaban caer una llovizna incesante.  Los árboles lloran, dicen las vecinas pero no son lágrimas en realidad,  es un parásito que  bebe la savia de los árboles.  ¿Cuántos de esos insectos habrán muerto anoche en la tormenta?
Y hoy a las cinco de la mañana me despertaron los benteveos que se gritaban unos a otros como enloquecidos.  Es un don disfrutar los lazos con la Naturaleza que nos rodea.
Y luego, a la tarde Miguel, feliz, apagó la velitas vestido de Spiderman.

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