jueves, 10 de noviembre de 2011

Twitter es demasiado fragmentación para mí.  Me fatiga unir los pedazos tanto como dejarlos suelto.  Feisbuk es insoportable como los programas ómnibus de los ochenta.  Y el blog es enloquecido y suicida como una reaparición del jinete sin cabeza cabalgando a ciegas pero con la espada desenvainada.

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