Los mecanismos de inteligencia y vigilancia sobre los ciudadanos no son asunto del pasado. Ni siquiera durante el mandato del así llamado “gobierno de los derechos humanos”. La admisión por parte de la Gendarmería a la Justicia de la existencia de Proyecto X -una base de datos ilegal, inconstitucional y clandestina que tiene como fin la vigilancia sobre las personas no sólo constituye un hecho inédito, sino que pone sobre el tapete cómo el
Estado activa mecanismos para espiar, en especial, a sectores combativos de la clase obrera.
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