martes, 30 de agosto de 2011

Pequeña conversación a la hora de la merienda y algunos misterios.

_ Mamá, cuando yo tenga ochenta y un años, ¿vos cuántos  vas a tener?
_  Según mis cálculos, unos ciento quince años.
_ Ah, bueno. ¿Me das más pan con manteca?

(Supongo que para un chico debe ser un gran misterio el conocimiento que los padres tienen del tiempo y del espacio.  Deben pensar, ¿cómo hace mamá para saber si es la mañana o la tarde o cuánto falta para que vaya a visitar a mi abuela? ¿Cómo hacen los adultos para saber cuál es el camino a la casa de mi abuela y el de vuelta a mi casa?  Esos saberes son misteriosos para un niño pequeño)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu hijo tal vez espere que alguna vez le digas, simplemente, no se

Cebra dijo...

Técnicamente la conversación se plantea en torno a una hipótesis a futuro. Mi respuesta, igualmente hipotética no despertó nuevas preguntas, él podría haber preguntado, ¿pero conocés alguien que haya cumplido 115 años? o algo así y no lo hizo. Le he dicho no sé muchas, muchas, veces.