lunes, 3 de diciembre de 2012

Soy muy feliz cuando veo a mis hijos crecer sin Dios.  Papá Noel y el Ratón Pérez son perfectos y me fascinará cuando llegue el momento en que ellos descubran que son una creacion de pura fantasía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial, igualDios también puede ser esperanzador